La globalización, las fusiones y también las malas prácticas redujeron su número, de ocho a cuatro de las grandes auditoras. Incluso desapareció una de vida centenaria –la muy conocida Arthur Andersen-, enredada en la quiebra fraudulenta de empresas de USA a comienzo de este siglo, como la eléctrica ENROM y otras grandes compañías, entre ellas Tyco , WorldCom y Peregrine.