Con frecuencia se repite que el futuro no lo conocemos, que es huidizo, que está abierto, pero que con decisiones de hoy podemos configurarlo, en cierto modo. ¿Qué ofreceremos a nuestros hijos, a nuestros descendientes, a la sociedad, si no actuamos ahora? Muchas veces recurrimos al pasado en busca de respuestas, hurgando en el legado que nos dejaron nuestros padres, para sacar lecciones.