Ante una pregunta de estudiantes hace unos días respondí que los paraísos fiscales son centros financieros que reciben capitales sin explicación de origen, ofrecen discreción por la propiedad a sus titulares, cobran bajos impuestos a ganancias de extranjeros y que no son instituciones nuevas. Hasta ahí nada irregular y al parecer muy legal, concluía la explicación.